Libros

La democracia y la lectura

Los libros, desde la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el año 1450, han permitido la difusión del conocimiento a escala mundial; los libros cruzaron continentes, llegando a cada rincón del continente americano, propagando las ideas de la ilustración y proporcionando el marco ideológico para liberarlos del dominio español.

Libros como El contrato social de Rousseau o La separación de poderes de Montesquieu permitieron que personas se agruparan para formar los movimientos revolucionarios que criticaban el sistema colonial, la desigualdad social y la falta de autonomía política. Uno de los ejemplos más importantes de nuestra historia americana sucedió en los Estados Unidos, que, al declararse las trece colonias independientes del Reino de Gran Bretaña, se formó una república federal y se llamó Estados Unidos de América en el año 1776. Estos eventos históricos fueron influenciados por los valores fundamentales como la libertad, la igualdad y la soberanía popular.

Los libros ayudaron a crear un nuevo sistema político alternativo a las monarquías europeas y permitieron que individuos se agruparan en movimientos revolucionarios que construyeron las bases para crear instituciones de gobierno que garantizaran los derechos a la vida, fundamentales para lograr el bien común y sobre todo que les permitieran formar parte del gobierno.

Como en nuestro país vecino del norte, las ideas de la Ilustración viajaron en barco y tocaron puerto en el sacerdote Miguel Hidalgo, conocido por iniciar el movimiento independentista con el grito de Dolores. También en José María Morelos, sacerdote y militar que influyó en la creación de la Constitución  Mexicana con el documento “Sentimientos de la Nación”, enunciando sentimientos como los siguientes:

1. «Que la soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes, dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, eligiendo las Provincias sus vocales y estos a los demás, que deban ser sujetos sabios y de probidad».

2. «Que para dictar una ley se discuta en el congreso y se decida por pluralidad de votos».

3. «Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro, el vicio y la virtud».

4. «Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete a su casa como asilo sagrado, señalando penas a los infractores».

Las ideas plasmadas en los libros influyeron en hombres para que transformaran su realidad y muchas de estas ideas siguen vigentes hasta nuestros días.

El pensamiento de aquella época se sustentaba en el uso de la razón para interpretar la realidad a través del pensamiento lógico y la observación empírica, siendo esto la clave para el progreso de la sociedad.   La razón se consideraba la fuente principal del conocimiento, permitiendo discernir la verdad y comprender las leyes que rigen a la naturaleza y la sociedad. Por lo tanto, esta actitud generaba en los individuos un pensamiento crítico y les permitía proponer una realidad diferente ante una autoridad que controlaba todos los aspectos de la vida que, en esos tiempos, se regían por la fe católica y monarquías absolutas.

“Sapere aude”… en latín se traduce como ¡Atrévete a saber! ¡O ten el valor de usar tu propia razón! Inmortalizada por el filósofo Immanuel Kant. Los libros generan una reflexión interna, otorgando las herramientas necesarias para observar la realidad con conocimiento; pero lo más importante es que te dan la libertad de formarte a ti mismo.

Los libros son transformadores de individuos y, con el paso del tiempo, cuando ya lograste el suficiente conocimiento, quieres aplicarlo para lograr la experiencia y tener la tan anhelada conciencia.

Al manifestar lo que tú eres, transformas tu realidad. Ya no te importa el entorno, porque lo entiendes; ahora te centras en tus acciones para transformar, porque entiendes al entorno y sabes quién eres. Pero ten por seguro que los demás te observarán y enseñarás lo que eres.

¿Hemos dejado que otros guíen nuestro actuar? ¿Hémos permitido que la luz de la razón se apague? ¿Quién nos enseñó lo que está bien y lo que está mal? ¿Hemos dejado de observar? ¿Hemos dejado los dogmas? ¿Dónde está la observación y la experimentación? ¿Todo lo que sabemos nos trae felicidad?

La ilustración fue una época histórica que generó grandes avances en cómo interpretabamos nuestro mundo; estas observaciones nos ayudaron a clasificar el conocimiento en saberes, dando como resultado el enciclopedismo y permitiendo que los planteamientos de los ilustrados fueran difundidos. Esto produjo que el conocimiento humano viajara continentes de forma sistemática y accesible, diferenciándolo en ciencias, artes y oficios. Ahora estamos en el fin de un paradigma: dejamos de leer para preguntarle a una inteligencia artificial. Así también las personas dejan de ser críticas del poder y de su entorno social.

En discursopublico.mx, creemos que los libros son una herramienta para la construcción de la democracia. Esto es gracias a que, al leer, se forma nuestra individualidad, se nutre nuestro espíritu y aprendemos a ser tolerantes ante otras ideas. La democracia se basa en la tolerancia y el respeto a diferentes formas de pensar; sin embargo, lo significativo es trascender la diferencia para unificar criterios y crear el bien común. Esto es dar lo mejor de nosotras mismas para ser uno con la comunidad. Esto es que, si una sociedad es tolerante, quiere decir que tiene sus reglas claras (Estado de Derecho) y no hace falta ser más que el otro. Existe un equilibrio; la democracia es el equilibrio social entre el individuo y la comunidad, y se sustenta con las leyes, en otras palabras, el uso del poder.

Los libros, por lo tanto, te dan sabiduría y te permiten posicionarte en esta balanza social. Por lo que un libro fomenta tu espíritu a buscar la verdad y la verdad es poder. El poder cimienta la balanza. Pero una balanza sin conciencia se cimienta en conocimiento adquirido y no experimentado, convirtiendo al individuo en un simple acatante de las normas, reglamentos, paradigmas, dejándolo sin razón, sin la luz que ilumina al intelecto.

Es por ello que un individuo es tan poderoso, por el uso de su pensamiento critico, su espíritu, se basa en la búsqueda de la luz, la verdad y que mejor que, sea una verdad a la que se llega por la experiencia y se convierte en conciencia. Esto se logra por el contacto con el otro, con tu exterior.

En los sistemas autoritarios, recuerda, está prohibido que más de dos personas estén juntas; se prohíbe el contacto con el otro e inclusive el contacto con los libros, la naturaleza y cualquier otra cosa que vivifique al espíritu en tu experiencia.

En discursopublico.mx,  creemos que un libro desarrolla las habilidades para: observar, querer, obtener, conservar el poder.  Tal y como les sucedió a estos hombres y mujeres de la ilustración, a nuestra generación le tocará volver a tomar un libro y buscar su libertad para vivir plenamente. Por lo tanto, busca ser una persona que le es posible formular nuevas hipótesis, ver un problema desde diversos ángulos y ser capaz de hacer nuevas preguntas para resolver los problemas, porque, créanme, estamos aquí para resolver problemas y, en consecuencia, seremos felices. Leer, sí, fomenta la democracia.