Opinión

Un poder judicial légitimo y soberano

Es innegable que todos aquellos que contendieron este primero de junio para los cargos del Poder Judicial que fueron convocados por el Instituto Nacional Electoral, sólo lo pueden integrar todos aquellos que no alcanzaron la mayoría frente a los que sí según el dicho, por cierto, mal dicho sobre todo por la deshonesta e inmoral presidenta de esa desprestigiada institución conducida al margen de la ley y de toda lógica jurídica que solamente por ocurrencias simples y ausentes de toda legalidad y democracia que ha sido la falsa justificación de un proceso carente de toda certeza, para propios y extraños con el único afán de satisfacer el capricho y la venganza desbordada como el poderío que fuera del cargo como titular del ejecutivo aun ejerce a contentillo que para muestra, además de este proceso en cuestión está el nombramiento de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde unos descastados y deshonestos senadores le dieron gusto a su mentor político y con la complacencia involuntaria de la titular actual del ejecutivo.

Por lo que ante la voluntad tácita de la mayoría del pueblo mexicano de no ser coparticipe de un proceso electoral carente de toda certeza, de forma y de fondo queda de manifiesto que aquellos que obtuvieron la minoría de votos que según el resultado que emitió el Instituto Electoral, no fueron los votos suficientes para acceder a la titularidad de lo cargos por los que compitieron, pero que en virtud de que los sufragios emitidos en su favor están consagrados de autenticidad y legitimidad al no ser producto de la desventaja de las campañas electorales como fue el caso de las ministras en funciones y aspirantes a confirmar su cargo mediante el proceso electivo aunado a la movilización de una cantidad de votantes inducidos bajo la amenaza de perder la pensión constitucional a la que tiene derecho y que no debería ser sujeta de chantaje. A lo que se suma aquellas cantidades de personas que a cambio de dinero emitieron su voto en favor de aquellos que estaban consignados en los acordeones que les fueron entregados para que sufragaran de aquellos que ya estaban marcados, lo que hace ilegítimos esos votos así emitidos, más no así los votos emitidos por aquellos ciudadanos que espontánea y voluntariamente votaron por aquellos que ahora serán los legítimos funcionarios del Poder Judicial y que en su mayoría son gentes con trayectoria profesional y académica que los hace merecedores de tan noble función como es el de dar a cada quien lo suyo dentro del marco de la ley vigente.

Por todo lo cual, toda la sociedad y, en especial, las escuelas de derecho de todos los niveles, públicas y privadas, y el foro nacional de abogados, debemos defender y luchar por el interés de la Nación y dejar toda indolencia para permitir que se cristalice tan trágico atentado a la República, constituida mediante el sacrificio de tanta sangre derramada por aquellos que, en su lucha por cumplir y hacer cumplir los sentimientos de la Nación, ofrendaron sus vidas.

Basta de tolerancia e indiferencia, cobardía, comodidad, deshonestidad, inmoralidad, deshonra y ausencia de todo civismo; la Patria lo demanda.

Guadalajara, Jalisco.

Dr. Luis Octavio Cotero Bernal.

locb15@hotmail.com